13/5/09

Gospel Factory: clase de gospel mainstream para indies republicanos

Curiosamente, hablábamos hace poco de gospel indie. Pues ahora toca gospel mainstream. Mi profesor de Historia del cine, que en paz descanse, decía que hay que ver a veces malas películas para saber distinguirlas de las buenas. Por eso mismo, en ocasiones se ha de escuchar mainstream, para saber diferenciarlo del indie.

No sé cómo, pero acabé en un sarao en el Palacio de Congresos que era mitad acto institucional, mitad fiesta salvaje y que incluía el concierto de un coro llamado Gospel Factory, cuyo show se compone de clásicos de este estilo (incluida la canción de un anuncio de mayonesa), otros jitazos inmortales, como 'Let it be' (Dios, ¿qué le han hecho los Beatles al mundo para que todos quieran vengarse de ellos?), apelaciones a la participación del público y humor amable.

La imagen es cortesía de Pablo Delgado

En todos los grupos hay algún miembro que destaca por su carisma. Aquí, como eran muchos, los más llamativos eran:
  1. El director de la cosa, Dani Reus, un cruce entre CeCe Winans y El Loco de las Coles.
  2. El que hace las fotos, un "qué hubiese pasado si a Bustamante le gustase el gospel en vez de Cristian".
  3. Astrid Jones, la única del conglomerado a la que se presentó con nombre y apellidos.
Supongo que estos espectáculos son un subgénero en sí mismos: propicios para actos de este tipo, en los que, en realidad, la gente no va a escuchar la música pero se necesita algo que pueda contentar a todos, que sea agradable y aséptico. Y un montón de chicos y chicas monos soltando gorgoritos son ambas cosas.

De todos modos, sin acritud, mereció la pena la hora larga de concierto por:
  1. El momento en el que una de las cantantes, poseedora de una de esas voces que te erizan el vello de la nuca, desapareció ante la indiferencia del público. Pensé que se había decidido a emprender una carrera en solitario, pero resultó ser una lipotimia.
  2. El final, en el que los invitados de honor, que se sentaban, claro, en primera fila, subieron a saludar uno por uno a los integrantes del grupo. Fue patético comprobar como el respetable dejaba de aplaudir a los músicos para aplaudirles a ellos.
  3. El manager de Gospel Factory es el mismo que el del malogrado Antonio Vega. Y justo ayer el pobre pasó a mejor vida. ¿Casualidad? Qué yuyu.

6 comentarios:

¡No disparen a la spammer! dijo...

¿casualidad? no lo creo!!!

Linda Flor de Inmierdadero dijo...

N del Tédejazmín: La palabra original es GodSpell, que en castellano se traduce como «llamada de Dios».

Pablo dijo...

Hola!,

Aquí el de las fotos, o Bustamante confundido. Muchas gracias por la reseña, me ha gustado mucho y me he reido un montón. Me alegra que disfrutaras y nos vieras mainstream, ojalá todo el mundo nos vea igual y nos lluevan las contrataciones para la temporada que viene ;)

Un saludo!

P.D: Me dieron el chivatazo, no se cómo te han enctrado y mucho menos el porqué de semejante velocidad para hacerlo.

Anónimo dijo...

Joder, os tienen fichadísimos. Ya sólo falta que se pasen por aquí los La-La Love You a prodigarse con gracioso sarcasmo.
Jesúsbendito.

Por otro lado, seguid el rastro de miguitas, y llegaréis a un panorama musical mucho más jugoso en cuanto a posibilidad de crítica que el que os han brindado los Gospel Factory. Yo me entiendo, y espero que vosotros también.

Yyyy... supongo que la traducción al castellano será esa, pero GodSpell es traducible literalmente como "Hechizo de Dios" o "Hechizo Divino".

Las casualidades NO existen.

Anónimo dijo...

menos mal que he encontrado la palabra mainstream en google, me he reido un monton :)

cece/el loco de las coles

Luisru dijo...

Madre mía, sí que nos tenéis fichadísimos. Me alegro de que no os hayáis tomado a mal el post, que se hizo desde el cariño y el respeto. Espero que tengáis mucha suerte, allá donde actuéis. Pusisteis a la gente a bailar y eso es lo único que importa en este blog.