Tras The Love Language se esconde la figura de Stuart McLamb, un joven músico de Carolina del Norte, que es el alma de este proyecto. En estas fechas publican su debut al otro lado del Atlántico. McLamb ha estado involucrado en otros proyectos musicales desde hace ya bastantes añitos, pero siempre con bastantes problemas. De hecho fue expulsado de su anterior grupo, The Capulets. Algún que otro problemilla con el alcohol tuvo la culpa. Ahora ,con su nueva banda, parece haber encontrado la estabilidad.
Con un álbum sin título se ha(n) marcado uno de los debuts más interesantes del año, junto, de momento, a The Pains Of Being Pure At Heart y Cymbals Eat Guitars. ¿Por qué ha(n)? Pues porque, como he dicho, esto es un proyecto del amigo Stu. Aunque acompañado de cinco músicos más, todo sale de él. Hace tiempo, una banda llamada The Rosebuds (sí, como el maldito trineo), de la cual ya hemos hablado aquí, y sí, ya hicimos la broma del trineo, escucharon lo que hacía Stuart por su cuenta y le propusieron girar con ellos, para lo cual se tuvo que buscar una banda. De ahí surgió The Love Language.
El disco está compuesto por nueve temas, que suenan, según dicen en su tierra, como sí los Arcade Fire se hubieran bebido cinco botellas de bourbon y se hubieran grabado en el salón de su casa. A mí me recuerdan más a The Walkmen con el mismo número de botellas en el cuerpo, o incluso alguna más, teniendo en cuenta los antecedentes de Stuart, y grabados mientras se viven los últimos momentos de una fiesta en el salón.
En el disco destacan varios temas. Los dos que podemos disfrutar aquí, 'Lalita' y 'Sparxxx', que además se han convertido en sus dos primeros singles, y también 'Manteo'. A mí personalmente me gusta una canción titulada Providence, en cuyo vídeo podemos ver de dónde he sacado la idea de tocar en mitad de una fiesta, pero juro que ha sido inconscientemente, me acabo de dar cuenta al volver a verlo.
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