Si cierro los ojos veo a Connan Mockasin a mi espalda y a la Chica Delfín, venga a huir, siempre delante.
Justo cuando piensas que ya te has curado de espanto en esto del denostado arte del videoclip aparece Forever Dolphin Love.
Y te vuelve la sangre a las venas. Y las ganas, que debían estar de vacaciones.
Connan Mockasin es un rubiales de Te Awanga. Pero no debe ser el Te Awanga que está en Nueva Zelanda si no uno directamente sacado de un sueño de una noche de un verano que se acaba. Justamente como su voz.
A mí me lo recomendó el otro día el Señor Chinarro. Paso la bola.
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