4/11/09

El sonido de los bastardos

No sé si Quentin Tarantino es un genio del celuloide pero lo obvio es que es un genio del marketing. Ay, si Eric Rohmer aprendiese de sus técnicas de promoción, habría tortas a las puertas de los cines cada vez que el francés estrenase una película. Porque 'Malditos bastardos' es, más o menos, una película de Rohmer, en la que los personajes no hacen nada más que hablar y hablar y hablar...


Hablar y hablar con una música brutal de fondo. Si es usted un fanático de las bandas sonoras, esta cinta es el equivalente a La escuela de Atenas de los compositores cinematográficos. O casi.

Stanley Kubrick fue el director que mejor usó la música "culta" para ilustrar sus secuencias. Tarantino es su equivalente en la música popular. Todos salimos del cine tarareando alguna de las melodías que utiliza. En su último trabajo todas provienen de otros filmes, por lo que ver 'Malditos bastardos' es asistir a una clase de historia de la música para películas cuyo inefable profesor fuese el amigo Quentin.


Echo de menos en su dream team de compositores a Bernard Hertmann (del que ya utilizó una breve pieza en 'Kill Bill') y, sobre todo al gran Nino Rota. ¿Nos sorprenderá el realizador con una masacre a ritmo del tema de '8 y Medio'? Anda, Tito Quentin, acuérdate del músico italiano para Kill Bill 3.

2 comentarios:

Carolina Pataleta dijo...

Pues a mí lo de reciclar trozos de bandas sonoras que se hicieron para otras películas me parece regular. Igual es tontería mía.

Luisru dijo...

Yo lo veo interesante como ejercicio posmodernista, aunque es verdad que es discutible, ya que colocar una música completamente original en una película debe ser mucho más difícil, digo yo.