¡Qué raro es un escritor español que escribe novelas de ciencia ficción! Una vez leí una teoría de Rosa Montero (que es de las pocas que se ha acercado al género en este país) que especulaba con la posibilidad de que la cantidad de problemas que tenemos en España impide a los escritores alejarse del realismo para fantasear con la vida en otros planetas, por ejemplo, como sí se pueden permitir en Inglaterra.
No sé qué pensar de esta teoría la verdad. Pero, por ejemplo, Gonzalo Torrente Ballester debió pasar olímpicamente de los problemas de los españolitos de a pie y escribió Quizá nos lleve el viento al infinito, cuya protagonista, Irina, es un robot.
Más raro es encontrarse a jovenzuelos indies que hayan leído novelas de ciencia ficción españolas, como parece que han hecho Atención Tsunami. Y más raro todavía es que le dediquen a una la canción Irina no sabe que es un robot. Impostrock futurista o lo que sea este sonido, cancionzaca del verano habemus.
1 comentario:
vamos robert, sal a bailar!
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