Que los British Got Talent es algo innegable. Tienen un talentazo para colarnos una mierda tras otra sin ninguna vergüenza y nosotros - el resto del mundo - les aplaudimos mientras se nos escapan las lagrimillas. Así, las últimas noticias del Reino Unido que de verdad nos han conmovido hasta la médula llevan titulares tales como:
"Una mujer irrumpe con un martillo en la habitación de Jade Goody" (+)
"Fiona Shackleton ya tiene otra presa" (+)
"Se subastan en el Reino Unido 13 cuadros atribuidos a Hitler" (+)
A pesar de su innegable importancia histórica, ninguno de estos sucesos llega a rozar siquiera levemente las cejas del fenómeno Susan Boyle (ojo: Uno o más wikipedistas están trabajando actualmente en extender ese artículo), porque, seamos sinceros, ¿quién se acuerda de Goody a día de hoy? Y ya, de Paul Potts, ni digamos.
La encantadora soltera desempleada escocesa a la que nunca han besado ha conquistado el mundo, sí, ¿y saben por qué? Pues porque podría ser la protagonista de una escena tan típica y cotidiana como esta:
Susan Boyle se acaba de convertir en poco menos que una diosa. ¿Repito los motivos? Pues que da pena y canta bien. Y cantar, amigos míos, es lo único que importa en el siglo XXI.
¡Pero esperen! ¡Qué oigo!
Boyle, date prisa en vender tu virginidad. Mira que te quedas fuera, que este chico tiene más motivos que tú para hacernos llorar: sólo es un niño, tiene un nombre impronunciable que le convierte en inmigrante desamparado, es monete y tiene toda una vida de escándalos por delante!
2 comentarios:
Se me acaba de ocurrir el título perfecto para la película porno esa del millón de dólares: Montando a Susan Boyle. Así nos tendrían que pagar derechos de autor.
Puta de mierda? Era necesario?
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