Lo reconozco, soy permeable a a esos fenómenos que se expanden por la red como una plaga de langostas, aunque uno no sabe bien si es todo una estrategia de buzz marketing, en este caso, de una cadena de televisión de cuyo nombre no quiero acordarme.
Estimados indies, llevo 3 días riendo cada vez que contemplo a La niña de la Sexta que quería que su colegio fuese destruido por una bomba de destrucción y, por supuesto, me he convertido en fan. Cuando realicé esta acción, la página de Facebook apenas tenía 50 seguidores y hoy tiene 20.000. ¿Le reporta esa cifra algún beneficio a alguien? Ni idea. Pero, si tú también has deseado alguna vez que tu colegio, instituto, universidad, centro de trabajo, o el hogar de tus suegros incluso, fuese arrasado hasta los cimientos, no dudes en convertirte en un fan oficial de este terrible angelito.
Estimados indies, llevo 3 días riendo cada vez que contemplo a La niña de la Sexta que quería que su colegio fuese destruido por una bomba de destrucción y, por supuesto, me he convertido en fan. Cuando realicé esta acción, la página de Facebook apenas tenía 50 seguidores y hoy tiene 20.000. ¿Le reporta esa cifra algún beneficio a alguien? Ni idea. Pero, si tú también has deseado alguna vez que tu colegio, instituto, universidad, centro de trabajo, o el hogar de tus suegros incluso, fuese arrasado hasta los cimientos, no dudes en convertirte en un fan oficial de este terrible angelito.
1 comentario:
La niña es la bomba. Todo lo que este vídeo lleva implícito me desborda pero me dice que algo no funciona demasiado bien en este mundo de mierdo.
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