'Lost' es una serie que se me mete en el subconsciente. Tanto es así que sueño con su final por las noches. Ya me ha pasado 3 veces. En la primera, todos los supervivientes del vuelo Oceanic 815 y demás gente que aparece en la serie se reunían en mitad de la selva comandados por John Locke, que les decía que tenían que colocarse en la misma posición en la que estaban en el avión que se estrello. Los demás, se pondrían detrás del pasaje. De este, modo, salían mágicamente de la isla. Me pareció un final genial hasta que mi santa me dijo que era el mismo que el de 'El ángel exterminador'. Parece que también tengo películas de Buñuel en el subconsciente.

Y anoche soñé de nuevo, pero esta vez resulta que estaba despierto, a pesar de lo intempestivo de la hora. 'Lost' se terminó. No con una función escolar, sino con un concierto, bastante soso, todo hay que decirlo. Una pena que los guionistas no hicieran mover el esqueleto a los actores. Un final más festivo quedaría muy pañado. Y ya puestos a no explicar nada... Así que la despedida, ni fu ni fa. Aunque mantengo que hay cosas por las que ha merecido la pena ver la serie.

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